Cuando defendemos nuestras ideas sobre lo que supone Internet y los nuevos modelos de licencias libres, no vivimos de teorías, sino de hechos reales.
José María González-Cotera, autor del libro «Pasajeros a Indias de Liébana y sus valles circundantes 1503 - 1790 según la documentación del Archivo General de Indias» me solicitó escribiera el prefacio de su obra. Lo agradecí mucho: supone un lugar de lujo. Tras trabajar con él en la edición de este libro conocí de primera mano que se trata de una obra monumental sobre nuestros antepasados paisanos lebaniegos a las Indias. No existe otra labor de investigación igual.
El tema que elegí para el prefacio consistió en relatar los problemas que nos encontramos para publicar la obra y cómo los hemos resuelto: editando en LaTeX sobre GNU/Linux y distribuyendo con Apache. Además, quien quiera una copia en papel, está a la venta en lulu.com.
Para aprender todo el proceso de edición, publicación y distribución del libro, hemos utilizado documentación explicativa de las herramientas usadas, libremente accesible en Internet.
Todas las herramientas que hemos usado nos han sido regaladas por otros autores: los que crearon el código de los programas de edición, el sistema operativo y el servidor web. Justo es devolver algo: el libro se edita con una licencia Creative Commons by-nc-sa.
Descarga libre en www.liebana.org.
En mayo de 2006 hice junto con el autor un viaje a Santander con la finalidad de reunirnos con personas del entorno cultural institucional de dicha ciudad. El objeto de la reunión era la edición y publicación del libro «Pasajeros a Indias de Liébana y sus valles circundantes (1503 - 1790) según la documentación del Archivo General de Indias» que José María González-Cotera había escrito, revisando y transcribiendo durante años documentación del Archivo General de Indias sito en Sevilla.
Los problemas que allí encontramos fueron los propios del sistema editorial actual: se trata de un libro no comercial y su edición no sería rentable dada la especificidad del tema del que se ocupa. No importa si el contenido del libro aporta una riqueza hasta ahora inédita sobre los movimientos migratorios de los montañeses a las Indias; tampoco son relevantes ni su calidad ni lo que pudiera esta obra aportar a la Cultura. Se trata de una obra destinada a no ver su publicación por los métodos tradicionales ya que su edición nunca sería rentable.
El caso de este autor no es único sino que se trata de un ejemplo no aislado en el presente sistema de producción de obras literarias, artísticas o científicas. En los tiempos actuales la industria cultural, cuya denominación apropiada (en aras al rigor conceptual) sería industria del entretenimiento, sólo tiene una finalidad que es la lógica en las empresas: la maximización del beneficio.
Ello no es ni bueno ni malo, es cuestión del realismo que conviene tenga un escritor o investigador anónimos antes de acometer una obra no comercial: si su ilusión es publicar, tendrá problemas para encontrar quién se ocupe de la edición en papel.
En numerosísimas ocasiones desde un par de años antes del viaje a Santander, el autor y yo, dada nuestra cercanía familiar (es tío carnal mío), habíamos hablado de las nuevas tendencias de la «propiedad» intelectual y lo que estos nuevos modelos pueden hacer en favor de la Cultura, solucionando el problema que hemos explicado en los párrafos anteriores. Se trata de la autoproducción con licencias que permitan la copia del ejemplar digital.
Provienen estas tendencias sobre derechos de autor del entorno de las universidades de Harvard, Berkeley, Stanford y del Instituto Tecnológico de Massachusetts, instituciones que no se caracterizan precisamente por su panderetismo cultural. La metodología de la producción de estas instituciones es legataria de dos modelos: el método científico de compartir conocimiento y la concepción de la Cultura como un bien comunal perteneciente a toda la Humanidad sin excepción. Ambos elementos, método y Cultura, deben ser transmitidos a las generaciones posteriores, lo que supone un justo pago del tributo que todo autor debe a sus fuentes. La originalidad pura no existe y toda autoría debe mucha parte de su creación a la obra de quienes vinieron antes.
Las normas de propiedad intelectual vigentes establecen que corresponde al autor la decisión de establecer las condiciones de copia, transformación, distribución y difusión de su obra y presumen que si nada se menciona, ningún derecho se concede y nada se puede hacer. Para evitar este sistema restrictivo y como herramienta útil para realizar el pago transgeneracional citado, se impulsaron desde las instituciones mencionadas un sistema de licencias de propiedad intelectual, existiendo hoy en día el denominado «Movimiento Copyleft» que se dedica a la creación y promoción de obras bajo este tipo de licencias entre las que se encuentra la escogida por el autor. Nacieron así las «licencias libres» de las que son exponentes las licencias «Creative Commons» que permiten que el autor pueda exponer públicamente qué pueden hacer los lectores con la obra para que éstos no necesiten pedirle permiso. Frente a la cultura de solicitar permiso, las licencias «Creative Commons» luchan en favor de la cultura de no tener que hacerlo, todo ello en pos de una mayor difusión de la obra y del dinamismo tanto en su distribución como en su uso para crear sobre ella.
Las licencias «Creative Commons» se estructuran en seis tipos en función de los permisos que el autor concede sobre los derechos antes mencionados de copiar, transformar, distribuir y difundir la obra. Siempre hay una obligación del usuario de una obra, que consiste en citar la autoría (licencia «Creative Commons By»), existiendo seis tipos de licencias que el autor puede elegir:
* Licencia By: (Atribución). El autor permite todo uso de su obra, con la única limitación de que debe reconocerse la autoría. La obra puede reproducirse, distribuirse o difundirse y permite obras derivadas.
* Licencia By-SA: By - Share Alike. (Atribución - obligación de que la obra derivada tenga igual licencia). Se permite la reproducción, difusión o distribución y la transformación, siempre que se licencie la obra derivada bajo la misma licencia.
* Licencia By-NC: By - Noncommercial. (Atribución - uso no comercial). El autor permite la reproducción, distribución o difusión y obras derivadas siempre que no sea con fines comerciales.
* Licencia By-ND: Attribution No Derivatives. (Atribución – no transformación). El autor permite todo uso de su obra incluso comercialmente pero no permite construir sobre la misma, esto es, no permite obras derivadas.
* Licencia By-NC-SA: (By - Share Alike - Noncommercial). (Atribución - igual licencia - uso no comercial). Se permite la reproducción, difusión o distribución y la transformación, siempre que se licencie de igual manera y que no sea con fines comerciales.
* Licencia By-NC-ND: (By - No Derivatives - Noncommercial). Se permite la reproducción, la difusión o distribución pero no la transformación y siempre que no sea con fines comerciales.
La existencia de estas licencias, respetuosa en todo caso con los derechos de autor puesto que éste es soberano sobre su obra, junto con la eficacia distributiva de Internet y la promiscuidad reproductiva que los bienes digitales permiten, propicia posibilidades que el sistema de cultura de cabecera de góndola antes citado nunca podrá alcanzar y ello simplemente por una cuestión económica: distribuir esta obra mediante los mecanismos de edición tradicional a todos los investigadores del Globo sería inviable, además de organizativamente lento.
Este es el sistema elegido por el autor para licenciar su obra: una licencia Creative Commons by-nc-sa. El autor le permite, sin necesidad de que usted le pregunte nada, copiar la obra, distribuirla y transformarla bajo unas condiciones que simplemente consisten en que usted tiene la obligación de citar la autoría, no puede utilizarla para usos comerciales y si la transforma o construye sobre la misma, le tiene que imponer una licencia también libre: la misma licencia que la que usa el autor. De esta manera, se permite construir sobre esta obra y ampliarla sin que nadie le pueda llamar a usted delincuente o que esté atentando contra los sagrados derechos de los autores. Es el propio autor quien así lo ha determinado.
Cuando hablemos de Cultura, sepamos que la industria que ahora la sustenta no es capaz de producir ni divulgar obras así. No es culpa de la industria, sino de las incapacidades de un sistema obsoleto y caduco tan necesitado de reconversión como en su momento lo fueron los altos hornos.
En cuanto a la edición de la obra, se ha utilizado LaTeX como sistema de edición. He de dar las gracias a Miquel Vidal por su ayuda con su amplio conocimiento de edición en LaTeX. Para la distribución en formato digital se utilizan servidores bajo software libre. Ahora, gracias a Internet pueden ustedes acceder a esta obra.
Descárguenla; busquen a sus antepasados montañeses; compártanla con la misma generosidad con la que el autor la ha escrito y ahora procede a su edición digital; úsenla para construir sobre la misma. Disfruten. Juzguen ustedes mismos y no permitamos que nos cuenten cuentos sobre la Cultura.
Javier de la Cueva González-Cotera.
Madrid, diciembre de 2007.
(Prefacio bajo licencia Creative Commons By-nd)