Todos nuestros tuits pertenecen a X Corp.

Javier de la Cueva
Tags: Capitalismo extractivoRedes sociales.

A cuenta del cambio de nombre de la plataforma Twitter por el de X, es interesante recordar una noticia del 5 de julio y que ha pasado bastante inadvertida.

Como es bien sabido, en otoño de 2022 el Sr. Musk compró Twitter y desde entonces comenzó a tomar decisiones sobre el funcionamiento de la plataforma.

Cuando su tuit sobre la final del Super Bowl recibió menos retuits que el del presidente de los Estados Unidos, Musk modificó la configuración de la plataforma para que sus tuits se mostraran los primeros. Asimismo, reinstauró a Donald Trump en su cuenta, si bien el antiguo presidente decidió no utilizarla. Estableció nuevas pautas para tener la condición de usuario verificado y, finalmente, ha abandonado la muy consolidada marca Twitter, optando por utilizar el nombre de su empresa X. Corp. y abandonar el logo del pajarito, sustituyéndolo por el carácter Unicode “𝕏” (U+1D54F), un carácter que tiene poco de novedoso y mucho menos de novedad creada por las empresas del Sr. Musk.

Pero no es de Derecho de marcas sobre lo que quería escribir, por muy interesante que sean los litigios que se produzcan por la titularidad de la X como marca, sino del contenido de la carta que los abogados del Sr. Musk enviaron al Sr. Zuckerberg el pasado 5 de julio de 2023. En esa fecha, el Sr. Zuckerberg lanzó la aplicación Threads, otra red social que haría la competencia de Twitter y con muy parecidas funcionalidades. Los abogados de Musk no tardaron ni un solo día en enviar esta carta a Meta, la empresa del Sr. Zuckerberg.

El texto ya anunciaba que X Corp. es la sucesora de Twitter Inc. y mencionaba cómo Meta, la empresa del Sr. Zuckerberg, contrató el año pasado a antiguos empleados de Twitter que habían tenido acceso a secretos industriales e información confidencial de la plataforma de dicha compañía. Conocedora de esta situación, Meta ha utilizado a estas personas para desarrollar la imitación (copycat) Threads, con “el específico intento de que utilizen los secretos industriales y otra propiedad intelectual para acelerar el desarrollo de la aplicación competidora”.

La amenaza de los abogados de X Corp., y aquí llega lo que nos concierne, intenta según ellos proteger sus derechos de propiedad intelectual y conmina a Meta a:

Further, Meta is expressly prohibited from engaging in any crawling or scraping of Twitter’s followers of following data. As set forth in Twitters’s Terms of Service, crawling any Twitter services — including but not limited to, any Twitter websites, SMS, APIs, email notifications, applications, buttons, widgets, ads, and commerce services — is permissible only “if done in accordance with the provisions of the robots.txt file” available at https://twitter.com/robots.txt.

En síntesis, lo que le requieren a Meta es que si quiere extraer los datos de Twitter ha de respetar las instrucciones del archivo robots.txt. Para los legos en la materia, dicho archivo es un estándar utilizado por las páginas web para indicar a los buscadores el contenido que pueden indexar (los buscadores pueden o no respetar dichas indicaciones).

Lo interesante del archivo robots.txt de Twitter es que contiene, entre otras, las líneas siguientes:

Every bot that might possibly read and respect this file

======================================================

User-agent: *

Disallow: /

¿Qué quiere decir esto? Según el estándar robots.txt, significa que Twitter indica que no permite la extracción de dato alguno de su web y que considera, según palabras de sus abogados, que la propiedad intelectual de todo lo incluido en la plataforma es de X. Corp. Esto de que quien publica se alce con la titularidad de la propiedad intelectual de lo publicado no es nada nuevo, es lo mismo que ocurre con las publicaciones científicas, donde los mercaderes se han apropiado de lo producido por las personas que se dedican a la ciencia.

En conclusión, que sepan ustedes que, según Musk, sus tuits no les pertenecen sino que son propiedad de X Corp. Y si no están de acuerdo, discútanselo a sus abogados.

Otra razón más para desparecer de entornos informacionales tóxicos cuyos ingresos dependen de atrapar nuestra atención mediante la creación de interminables scrolls cainitas y la posterior venta de dicha atención a los mejores postores.